calambres

¿Cómo puedes prevenir los Calambres?

¿A quién no le ha dado un calambre?. Al menos alguna vez lo has sentido y te has dado cuenta que son extremadamente dolorosos. Pues bien, no son otra cosa que contracciones o espasmos involuntarios de los músculos.  Aunque no se conoce por completo la causa de los calambres musculares, sí se sabe que estos se asocian con la deshidratación. También se les vincula con esfuerzos excesivos y se producen cuando los músculos están fatigados. Otros factores que contribuyen a que esto suceda son  la pérdida excesiva de líquidos, un desequilibrio electrolítico y la falta de flujo sanguíneo a los músculos.

Para evitar calambres a mitad o después de tu entrenamiento, tratar de tomar algunas de las siguientes recomendaciones:

– Identifica que no haya deficiencias de nutrientes: Una deficiencia de potasio, magnesio, sodio o calcio puede contribuir a los calambres musculares. Asegúrate de que está recibiendo la cantidad adecuada de estos minerales en su dieta. Para el potasio, podemos recomendarte un trago de agua de coco o un plátano.

– Manténte hidratado: Bebe líquidos en las cantidades adecuadas cada día. No esperes hasta que tenga sed para consumir líquidos ya que esto es un signo de deshidratación leve. Has que sea un hábito el llevar una botella de agua en todo momento y bebe de ella con regularidad durante todo el día.

– Estira: Un músculo tenso es más propenso a sufrir calambres. El estiramiento antes y después de la actividad física puede ser beneficioso para ayudar a mantener los músculos relajados, lo que reduce el riesgo.

Muchas veces los calambres pueden aliviarse con masajes y estiramientos suaves. Cuando sientas que tus músculos comienzan a ponerse tiesos es probable que estés a punto de sufrir calambres. Frena la actividad que estas haciendo y tratar de consumir líquidos y electrolitos. Una vez que el músculo haya sufrido un calambre es muy probable sea más propenso a volver a sufrir calambres en el futuro, así que trabaja  implementando las sugerencias anteriores para limitar las posibilidades de experimentar un calambre muscular mientras entrenas.